(Casi) todo sobre las alergias alimentarias

Hoy voy a centrarme en las reacciones adversas no tóxicas producidas por un mecanismo inmunológico: Las ALERGIAS ALIMENTARIAS.

En el año 2014, la Academia Europea de Alergia e Inmunología EAACI), publicaba la primera Guía europea sobre reacciones alimentarias y anafilaxia (con acceso sólo para miembros de la sociedad).

En ella se incide en el hecho de que, a pesar de que se calcula que entre un 6 y un 17 % de la población europea presenta algún tipo de alergia alimentaria, éstas siguen siendo una asignatura pendiente para pacientes y profesionales sanitarios, lo que provoca un impacto negativo en la calidad de vida, genera costes que podrían evitarse, y supone un auténtico riesgo vital para algunos pacientes, ya que las reacciones alérgicas graves son potencialmente mortales.

 

tengoalergia.es

Fuente: tengoalergia.es

Las alergias alimentarias se producen porque, ante el contacto, ingestión o inhalación de una determinada proteína (alérgeno) presente en un alimento concreto, y que resulta inofensiva para las personas no alérgicas, el sistema inmune, que habitualmente nos “defiende” de agresiones externas, responde de forma anómala y exagerada produciendo anticuerpos o células que desencadenan la reacción alérgica.

Como ya he comentado aquí, estas reacciones alérgicas pueden ser:

*Mediadas por anticuerpos IgE

Son reacciones bien definidas y que aparecen normalmente de forma inmediata a la toma del alimento. La gravedad de los síntomas será variable (leves, moderados, graves o muy graves), pudiendo involucrar a uno o varios sistemas u órganos a la vez.

Así, los síntomas pueden ser cutáneos, respiratorios, gastrointestinales agudos e incluso anafilaxia, aunque ninguno de ellos es exclusivo de estas reacciones.

*No mediadas por anticuerpos IgE

Producidas por mecanismos inmunológicos que no se han definido con tanta precisión, con participación de células y anticuerpos distintos a los IgE, incluso a veces con participación mixta (células y anticuerpos, en este caso los síntomas suelen ser digestivos). La respuesta aparece de forma retardada  o crónica.

Las respuestas en este caso serán muy variables entre personas, y también en cuanto al tipo de manifestaciones y la gravedad de las mismas, pudiendo aparecer reacciones generalizadas, síntomas aislados o múltiples, especialmente digestivos y cutáneos, pero también respiratorios o neurológicos, por lo que pueden ser grandes “simuladoras”, y a veces los pacientes peregrinan por las consultas de distintos especialistas hasta que a alguien se le enciende una luz y piensa en la alergia alimentaria no mediada por IgE.

Suelen producirse frente a proteínas grandes, como las de la leche de vaca. Además, existe mayor riesgo de desarrollar nuevas alergias no-IgE frente a otros tipos de proteínas grandes, como las que hay en la soja, el gluten, en las carnes o los pescados, especialmente si existe alguna otra patología digestiva de base que altere la microbiota (desde gastroenteritis aguda hasta intolerancias o alergias alimentarias recién diagnosticadas o no tratadas)

Tanto los síntomas como el diagnóstico, pronóstico y tratamiento de estos dos tipos de alergia son, por tanto, diferentes:

Síntomas:

La alergia IgE mediada suele dar más síntomas respiratorios, cutáneos o anafilaxia, dichos síntomas generalmente son inmediatos (generalmente en menos de 1 o 2 horas) y aparecen con cantidades mínimas del alimento

La alergia no IgE mediada suele dar más síntomas digestivos y cutáneos, y más leves, la cantidad de alimento necesaria para provocar síntomas es mayor, y éstos tardan más en aparecer (más de dos horas tras la ingestión, y hasta días después), pudiendo incluso cronificar y que lleguen a afectar el estado nutricional por alteración en la absorción de nutrientes.

Pero no olvidéis que cualquiera de las dos puede dar cualquier clase de síntoma…y esto es imprevisible.

En cuanto al tipo de clínica que puede aparecer, el 90 % estará centrada en la piel y sistema respiratorio, pero el abanico, como describo a continuación, es amplísimo.

Síntomas gastrointestinales: aumento de secreción mucosa y permeabilidad del epitelio al antígeno,  disminución de la absorción de componentes alimenticios, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarreas, hemorragia intestinal, enteropatía y pérdida proteica, sensación persistente de saciedad con dolor abdominal  y gastritis crónica…

Síntomas cutáneos: exantemas urticariformes, eczema, inflamación piel, boca, garganta, lengua, enrojecimiento, prurito, edema…

Síntomas respiratorios: broncoconstricción, estornudos con mucosidad, congestión nasal, asma, edema de glotis…

Síntomas neurológicos: cefaleas, mareos…

Síntomas cardiovasculares: taquicardias, bloqueo aurículo-ventricular, otras arritmias…

Síntomas  genito-urinarios: nefritis

Síntomas osteoarticulares: inflamación, dolor articular, impotencia funcional…

Reacción anafiláctica-anafilaxia: se trata de un cuadro muy grave, en el que se ven involucrados varios órganos y sistemas a la vez, con afectación cutánea, respiratoria y hemodinámica, y que puede llevar al desarrollo de un Shock anafiláctico, que es potencialmente mortal.

¿Cuáles son los alérgenos más frecuentes?

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Fuente: naturanscentro.com

Cualquier alimento, ingrediente o aditivo puede ser desencadenante de reacciones alérgicas, siendo las más comunes:

Leche de vaca: rechazo a proteínas lácteas (caseína)

Huevo: las proteínas más problemáticas antes 2 años; hasta 2-5 años desde inicio.

Pescados y mariscos:  anisakis, proteínas

Especias: por contacto, ingestión o inhalación del polvo

Frutos secos: especialmente en niños (eccemas)

Frutas: kiwi, papaya, aguacate, plátano, fresas, frambuesas, grosellas…son las más alergénicas.

Diagnóstico:

No voy a hablar al detalle de ello, porque no es el objetivo de este post y me extendería demasiado, sólo comento unas nociones básicas, puesto que, en caso de sospecha de alergias a alimentos, lo mejor que podéis hacer es acudir a vuestro médico para que os derive al especialista, y él os explicará al detalle las pruebas a realizar.

Las alergias IgE mediadas, pueden diagnosticarse mediante las pruebas clásicas de alergia (cutáneas o en sangre), además de otros procedimientos más complejos (pruebas de eliminación o provocación)

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Fuente: centro-asmayalergia.com

Sin embargo, en la alergia no IgE mediada, estas pruebas serán normales, ya que no se detecta la IgE ni en piel ni en sangre, y no existe actualmente ninguna prueba científicamente avalada de uso generalizado en la práctica clínica para el diagnóstico de estas reacciones, así que el diagnóstico es mucho más complejo, y se basa en la relación ingesta/síntomas, comprobada mediante pruebas de provocación, una vez descartada la alergia IgE en las pruebas de piel y/o sangre.

En algunos casos se realiza la prueba del parche (patch test) con alimentos, clásicamente empleada en el diagnóstico de dermatitis de contacto, pero ni el método ni la interpretación de la prueba está estandarizado para este tipo de alergias, por lo que no debería emplearse de rutina.

Hay otros métodos diagnósticos en estudio, la mayoría muy inespecíficos y de los que aún no se ha comprobado la fiabilidad y utilidad clínica o son poco rentables en la práctica diaria.

NO hay evidencia ni estudios científicos que avalen la validez de los llamados “test de intolerancia alimentaria”.

Dichos test emplean distintas técnicas, por ejemplo la medición de la IgG específica a alimentos múltiples (pero atención, la elevación de anticuerpos IgG específicos no indica reactividad clínica al alimento, sino más bien lo contrario), y  otros se basan en pruebas citotóxicas, basadas en medir cambios en los leucocitos tras exponerlos a una serie de alimentos, sin embargo, se ha comprobado que los resultados del test pueden varíar de una vez a otra si se repite en el mismo paciente…muy fiables no parecen, ¿no?

Estos test se utilizan para otras patologías además de la alergia alimentaria, como el síndrome de fatiga crónica, el colon irritable, las migrañas…y como señala la Asociación española de personas con alergia a alimentos y látex, no son fiables a la hora de detectar reacciones adversas a alimentos o a la hora de valorar qué alimentos nos engordan.

Pronóstico:

La mayoría de pacientes que desarrollan el cuadro en los primeros meses de vida, lo  superan a los 2-5 años, excepto en caso de alérgenos potentes (cacahuetes, nueces, mariscos), para ello es muy importante realizar dieta de exclusión muy estricta.

La alergia a leche de vaca o soja, suele desparecer al año (en cualquier caso, antes de los 3 años).

La alergia mediada por IgE suele desaparecer más despacio que la alergia no IgE, y las desarrolladas en niños mayores o adultos, suelen persistir a lo largo de la vida.

Tratamiento y prevención de reacciones alérgicas:

Cuando tiene lugar una reacción alérgica, y en función de la gravedad de la misma, el tratamiento será sintomático, empleando antihistamínicos o corticoides (en caso de reacciones cutáneas, respiratorias o generalizadas), reposición de líquidos, antieméticos, dieta y probióticos que no contengan el alérgeno (en caso de síntomas digestivos), o adrenalina y otras medidas  de soporte en caso de reacciones graves o anafilaxia.

La única forma de prevenir las reacciones alérgicas a alimentos, sea cual sea el tipo, es la dieta de exclusión, es decir, eliminar de forma estricta el alimento o alimentos capaces de desencadenar la reacción. En caso de alergias a múltiples alimentos, puede ser necesario buscar alimentos sustitutivos o incluso, emplear suplementos nutricionales para cubrir los requerimientos.

Hay que ser especialmente cuidadosos y prestar atención al etiquetado de todos los alimentos y medicaciones que vaya a consumir la persona alérgica, ya que muchos alérgenos alimentarios pueden aparecer en multitud de alimentos procesados, incluso de forma enmascarada o con nombres desconocidos.

Además hay que estar muy atentos a las posibles contaminaciones, es decir, a la hora de manipular o cocinar un alimento para una persona alérgica, es muy importante que éste no tenga ningún tipo de contacto con instrumentos, envases, manos…que hayan contactado previamente con un alérgeno, y, ante la duda, mejor no consumirlo.

Por último, desde hace unos años, y sólo en el caso de algunas alergias mediadas por IgE, se está empleando la desensibilización o inducción de tolerancia oral, que consiste en la administración oral de pequeñas cantidades del alimento al que el paciente es alérgico, de manera pautada, progresiva y bajo control médico, hasta alcanzar la tolerancia de una cantidad adecuada para la edad del niño, para más información, consultad a vuestro alergólogo.

Prevención de alergias en personas predispuestas:

En la aparición de las alergias, influyen factores genéticos (antecedentes familiares de alergia son sugestivos de la predisposición a la misma) y ambientales (muchos desconocidos), pero…¿podemos evitar que aparezcan en una persona susceptible de desarrollarlas?

No se ha demostrado que la dieta de restricción materna durante el embarazo y lactancia disminuya el riesgo de alergias alimentarias en los hijos.

La única medida que parece tener un efecto protector (y no en todos los casos), es la lactancia materna, que debería ser exclusiva durante 6 meses y asociada a alimentación complementaria hasta, al menos, los 2 años.  La alimentación complementaria debe introducirse entre las 17 y las 26 semanas de vida.

Maternidad Picasso 1901

Maternidad (P. Picasso)

Para los bebés con riesgo de alergia documentada (padre / madre y/o hermano afectado) que no pueden ser amamantados en forma exclusiva, se recomiendan productos dietéticos con alergenicidad reducida.

No hay evidencia científica de que la evitación y el retraso en la introducción de alimentos potencialmente alergénicos más allá de 4-6 meses reduzca el desarrollo de las enfermedades alérgicas.

Falsas alergias

Algunas personas sufren lo que conocemos como falsas alergias o pseudoalergias, que consisten en la aparición de sintomatología similar a la de una reacción alérgica después del contacto con un alimento, sin que exista un mecanismo inmunológico causante de dichos síntomas.  

Estas falsas alergias están provocadas por alimentos ricos en aminas biógenas (histamina, tiramina, histidina, feniletilamina) sustancias capaces de provocar una reacción inflamatoria similar a una reacción alérgica, probablemente por la existencia de una alteración funcional de la mucosa digestiva con aumento de permeabilidad intestinal en combinación con un organismo sensible o hiperreactivo a histamina, sobre todo niños y adolescentes.

Los síntomas desencadenados suelen ser cutáneos (urticaria, eczema, edema…) y, ocasionalmente respiratorios (rinitis o broncoespasmo), no habiéndose observado reacciones graves.

¿Qué alimentos pueden desencadenar una falsa alergia?

Alimentos ricos en histamina: Fresas, chocolate en todas sus formas, atún, sardina, salmón, anchoa, arenque, pescado seco, pescado ahumado, cerveza, vino, sidra, licores, salchichón seco, jamón, hígado de cerdo y todos los embutidos envasados, quesos tipo parmesano, camembert, roquefort, emmental, gouda, clara de huevo, cheddar, tomate, guisantes, espinacas, chucrut, judías, lentejas, avellanas, piña, habas, cacahuetes, pomelo,naranja, mandarina, limón, papaya, clementina, mango.

Alimentos ricos en tiramina: Embutidos, chocolate, vino tinto, vino blanco, cerveza, gruyère, brie, roquefort, coles, espinacas, aguacate, patata, arenque, caviar, carne de caza…

Son relativamente frecuentes, no suelen ser graves pero es muy importante diferenciarlas delas alergias reales, dado que el diagnóstico e implicaciones serán muy diferentes.

Y por hoy, creo que es suficiente…próximamente las intolerancias alimentarias.

Referencias: